Un viaje apasionante
Iglesia cristiana evangelica manantial de vida Sevilla
“Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder
y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. 2. Y los envió a predicar el
reino de Dios, y a sanar a los enfermos. 3. Y les dijo: No toméis nada para el camino, ni bordón, ni
alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. 4. Y en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí
salid. 5. Y dondequiera que
no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies
en testimonio contra ellos. 6. Y
saliendo, pasaban por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por
todas partes” (Lucas 9:1-6)
El Señor ha estado
predicando el evangelio, sanando enfermos, y lo último que vemos en el capítulo
8 es que resucita a una niña.
Los discípulos habían
estado con el Señor, habían visto como se movía, como predicaba, como oraba por
los enfermos y se sanaban, en fin le habían visto actuar, y ahora los manda
solos a que lo hagan ellos en unviaje apasionante.
Vemos algunas lecciones:
1.- Tenemos que
lanzarnos nosotros.- Que bueno que pastores y líderes hagan
la obra, pero Dios quiere que ahora la hagas tú. Lo que has visto
reprodúcelo fuera de la iglesia, sal y haz lo mismo.
En la iglesia estamos para cargarnos las pilas y salir a reproducir lo de
Dios fuera.
No te conformes con lo que hagan otros, Dios te ha hecho uno de los suyos,
involúcrate en su estrategia.
2.- Tenemos que
delegar.- El Señor delego su función, primero les enseño y luego los lanza a que
sean ellos los que actúen.
Ninguna iglesia va a crecer si los pastores no delegamos.
No hay nadie capaz de hacerlo todo, es preciso que otros ocupen su lugar y
vallan a diferentes direcciones.
Sin delegar era uno solo, delegando se multiplicaba por doce.
Delegar significa ver que la gente ha a traer éxito pero también que la
gente va a fallar, hemos de aceptar estas dos opciones.
3.- El Señor les da
poder.- Les da poder para dos cosas, echar demonios y sanar enfermedades.
Les da poder para hacer dos cosas que junto con predicar el evangelio iba a
bendecir a esta gente.
Dios nos da el poder para bendecir, no para gloriarnos ni exaltarnos.
4.- Les manda con lo
puesto.- (V.3) Ya dije que era un viaje apasionante.
¿Qué tal si ahora te vas a una ciudad cercana sin nada más que lo puesto?
Sin dinero, sin más ropa que la que tienes, es una tarea difícil, no es algo
apetecible.
El Señor quería mostrarle algo muy importante: “Si hacemos la voluntad de
Dios, Él nos va a proveer”
Si hace la voluntad de Dios la gente va a darle lo que necesita.
Dios va a proveer a través de la gente lo que usted necesita para vivir.
5.- No se avergüence de
recibir.- Cuando usted hace la voluntad de Dios, otros van a darle, no se
avergüence de recibir.
Algunos dan bien, pero que trabajo les cuesta recibir, eso es algo que
hacen los que no tienen, lo que necesitan de otros.
No querer recibir es una de las caras del orgullo.
6.- La importancia de
estar localizado.- “Y
en cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid”
La gente iba a saber dónde encontrarlos.
El Siervo de Dios ha de hacer lo posible para estar localizable, en
cualquier momento alguien va a necesitarle.
7.- Somos bendición.- “quedad allí”
No se nos olvide que somos canales de bendición: “El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el
que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá” (Mateo
10:41)
En el sitio en que mora está usted repartiendo
bendición.
Dios está con nosotros, donde vamos llevamos a
Dios, y Dios es bendición para el ser humano.
8.- No nos involucremos.- “Y dondequiera que no os recibieren,
salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio
contra ellos”
Donde hay incredulidad hemos de cuidarnos de no llevarnos nada de allí.
Si estamos en un sitio donde se rechaza el evangelio y abunda en
incredulidad, no nos contaminemos, no nos llevemos ni el polvo del lugar,
sigamos sin contaminarnos con la bendición que Dios nos da para que compartamos
con otros.
Tenemos lo mejor, no lo estropeemos con el polvo de los que no aceptan lo
de Dios.
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