cinco maneras de mejorar las relaciones-Iglesia cristiana evangelica de Sevilla

Cinco maneras de mejorar las relaciones

Iglesia cristiana evangelica de Sevilla

“Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doble cantidad de dinero, y a Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José. 16. Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Lleva a casa a esos hombres, y degüella una res y prepárala, pues estos hombres comerán conmigo al mediodía. 17. E hizo el hombre como José dijo, y llevó a los hombres a casa de José. 18. Entonces aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron llevados a casa de José, y decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han traído aquí, para tendernos lazo, y atacarnos, y tomarnos por siervos a nosotros, y a nuestros asnos. 19. Y se acercaron al mayordomo de la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa. 20. Y dijeron: Ay, señor nuestro, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio a comprar alimentos. 21. Y aconteció que cuando llegamos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos vuelto a traer con nosotros. 22. Hemos también traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos; nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales. 23. El les respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos. 24. Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies, y dio de comer a sus asnos. 25. Y ellos prepararon el presente entretanto que venía José a mediodía, porque habían oído que allí habrían de comer pan. 26. Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra. 27. Entonces les preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía? 28. Y ellos respondieron: Bien va a tu siervo nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e hicieron reverencia. 29. Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío. 30. Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar; y entró en su cámara, y lloró allí. 31. Y lavó su rostro y salió, y se contuvo, y dijo: Poned pan. 32. Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios. 33. Y se sentaron delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro. 34. Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él” (Génesis 43:15-34)

Introducción.- José es vendido por sus hermanos y acaba en una cárcel de Egipto., de allí acaba siendo primer ministro gracias a los dones que Dios le da interpretando sueños.

Pasan los años y hay hambre en Israel, por esto los hermanos van a Egipto a comprar comida, entonces José los trata como espías, les deja que se vayan, pero se queda con uno de los hermanos para asegurarse que van a regresar trayendo al pequeño Benjamín.

Este pasaje transcurre durante este segundo viaje a Egipto con Benjamín.

Un plan ajeno a ellos

V.16.- “Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Lleva a casa a esos hombres, y degüella una res y prepárala, pues estos hombres comerán conmigo al mediodía”

La familia de José va a pasar del miedo a una extraña comida junto con el primer ministro de Egipto.

Ellos no entendían nada, pero todo tiene su origen en el versículo 16.

José les vio y ellos no se dieron cuenta. Estaban ajenos a todo, centrados en comprar trigo, pero José los veía y tenía otras cosas en su mente.

Cuando estamos con gente a veces ellos tienen cosas en mente diferente a las que tenemos nosotros y esto nos causa confusión.

Ellos no sabían que estaban formando parte de un plan organizado por alguien diferente a ellos. Estaban totalmente ajenos a un plan exterior.

Por esto: Se sorprenden, tienen miedo, inventan cosas (Pensaban que por causa del dinero que encontraron en los sacos de trigo estaba ocurriendo todo esto), hablan con el primero que ven (le cuentan sus temores al mayordomo, alguien que obedecía órdenes y que no podía hacer nada)

Gracias a Dios las intenciones de José eran buenas, todo esto era para bendecir a sus hermanos, era una estrategia ajena a ellos, pero estaba motivada por algo bueno.

A partir de aquí vemos  cinco cosas que nos van a ayudar a mejorar nuestras relaciones con los demás, veámoslas y aprendamos nosotros:

1.- Decir y hacer cosas amables.- “El les respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos. 24. Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies, y dio de comer a sus asnos”

El mayordomo les tranquiliza, les da la paz (saludo amistoso-Shalom); le dice que no teman, dice que fue Dios quien les dio el dinero, les lleva a Simeón.

Todo perfecto, estas cosas amables les tranquilizan.

Dar buenas palabras, palabras de aliento y bendecir a otros va a tranquilizar a los que nos rodean.

Ser groseros pone a la gente nerviosa, la amabilidad tranquiliza a los demás.

Si desea mejorar sus relaciones sea amable.

2.- Dar regalos.- (V.25) Jacob entendía de esto, el calmo a su hermano Esaú con regalos, y ahora entiende que los regalos pueden calmar al gobernador egipcio.

Los regalos que prepararon bajo las instrucciones de Jacob eran: Bálsamo, miel, aromas, mirra, nueces, almendras. Eran cosas de la tierra, ellos no lo sabían, pero estoy seguro que estas cosas recordaron a José infinidad de cosas y situaciones de su infancia.

Alguien dijo que una de las cosas que más ministran son los regalos.

Regalemos cosas, si no hay mucho dinero serán cosas baratas, o aprovechando las ofertas comprar para regalar.

3.- Preocuparse por los demás.- José se preocupa de ellos  

“Entonces les preguntó José cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía?” (V. 27)

“Y dijo: ¿Es éste vuestro hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío” (V.29)

Preocupémonos de la gente que nos rodea.

Toda la gente que está alrededor nuestro está rodeada de cosas que le preocupan, entendamos el valor que ellos le dan, y compartamos con ellos sus intereses.

4.- No amargar a otros con nuestros problemas.- (V.30-31) José llega al límite de sus emociones, y siente repentinamente ganas de llorar, entonces se levanta y se va a un lugar apartado para que nadie le vea. Cuando lo hace se lava la cara para que nadie se dé cuenta de que ha llorado y vuelve a entrar en la habitación.

Es cierto que no quería que los otros supieran que eran su hermano, pero también es verdad que no quería que los otros le vieran que estaba sufriendo.

Aprendamos a no agobiar a la gente con problemas que no pueden solventar.

5.- Comer juntos.- Ponen tres mesas, una para José, otra para los egipcios y otra para la familia.

José toma la comida de su mesa y le la pasa a sus hermanos, a Benjamín le da más cantidad.

Con la comida se va relajando el ambiente.

Delante de un plato la gente se vuelve más asequible. Por eso en las empresas organizan comidas, para vender se organizan comidas, es un intento de relajar el ambiente, de crear buenos lazos y relaciones, de evitar la tensión del día a día, de la vida laboral.

Al final el texto acaba diciendo: “Y bebieron, y se alegraron con él”

José conoció a los hermanos, disfruto con ellos y comprobó si aquellos que le habían vendido en el pasado habían cambiado o seguían igual.

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