lunes, 10 de marzo de 2014

La llave del paraiso perdido-Iglesia Cristiana evangélica Manantial de vida Sevilla


Iglesia Cristiana evangélica Manantial de vida Sevilla

La llave del paraíso pérdido

Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban.18. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.19. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;20. enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:16-20)

1.- La Biblia es la palabra de Dios para el ser humano.
-  Está formada por 66 libros, por esto se puede decir que es una biblioteca.
-  A pesar de haber sido escrita durante 1600 años, por 40 autores diferentes de multitud de capas sociales, en tres continentes diferentes, con todo la Biblia tiene un hilo conductor, un guión profundo que ensarto todos y cada uno de los libros.

2.- Este hilo conductor, es el mensaje de redención.- El mensaje de salvación, el amor de Dios hacia un ser humano perdido.
-  La Biblia inicia con un paraíso creado por Dios para el disfrute del hombre, allí el hombre peca y cae de este lugar de privilegio.
-  El centro de la Biblia es la ayuda de Dios a un hombre caído.
-  El apocalipsis es la restauración de ese paraíso perdido.

3.- Todos los seres humanos en el interior.- Entendemos que hemos perdido el paraíso y que necesitamos volver a encontrarlo.
No importa donde se encuentre el hombre, ni que religión procese, todos buscamos ese paraíso perdido y queremos encontrarlo.

La Biblia nos cuenta la vida de hombres que han buscado este paraíso y no lo han encontrado

4.- Abraham.- Vive en Ur, una ciudad corrompida por el pecado.
Allí recibe el llamado de Dios e inicia una búsqueda de esta tierra prometida.
En este recorrido llega a Egipto, tiene problemas diversos, se separa de Lot, se encuentra con Melquisedec, tiene miedo a perder a su esposa, entrega a su hijo, su esposa fallece, y finalmente Y exhaló el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue unido a su pueblo” (Génesis 25:8)
Toda la vida buscando el paraíso perdido y falleció sin conocerlo Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido” (Hebreos 11:39)

5.- José.- Con 17 años es el niño mimado de sus padres, vive feliz, pero su vida es truncada porque sus hermanos motivados por la envidia, le venden y acaba siendo esclavo en Egipto.
Allí va a la cárcel injustamente y tras multitud de peripecias, Dios le acaba poniendo como primer ministro de Egipto.
Es el segundo en mandato en Egipto, solo superado por el faraón, y estando allí le visitan los hermanos, al final les entrega la tierra de Gosén para que vivan en ella.
Con 110 años fallece, lo embalsaman, y es puesto en un ataúd, esperando que algún día lleven sus huesos a la tierra de la que nunca quiso salir.

6.- Moisés.- Con Abraham  se inicia la familia de Dios, y con Moisés se inicia la fundación de Israel como pueblo de Dios.
Moisés recibe revelaciones que no entiende, mensajes encriptados a través de fiestas y ritos que apuntaban a acontecimientos eternos.
Moisés fallece sobre el monte Nebo viendo el paraíso perdido que sin poder llegar a él. Y le dijo Jehová: Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá” (Deuteronomio 34:4)
Muchos hombres viven en la Biblia buscando este paraíso sin encontrarlo, porque faltaba la llave que habría la puerta al paraíso.

7.- Jesús.- Resucita y reúne a sus discípulos en el monte, algunos dudan, otros le adoran, y estando allí les dice algo importante, tenéis que continuar trabajando, yendo, haciendo discípulos, bautizándolos, enseñándoles, hay que continuar con el trabajo que el Señor inició.
Tenemos que continuar andando por esta vida al igual que el resto de los hombres que vivieron antes que nosotros, pero hay una diferencia, “Yo estoy con vosotros todos los días”.
El que ha recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra nos acompaña.
No estamos solos, el Dios que hizo los cielos y la tierra está con nosotros de forma especial, y “hasta el fin del mundo”.
Mientras dure nuestro caminar en busca del paraíso habrá momentos duros y difíciles, pero hay una promesa, “no estamos solos”
A veces se nos olvida esto, es corriente que aunque no estemos solos nos sintamos solos.
Para evitar esto el Señor nos mandó una tarea, un recordatorio de que las puertas están abiertas y que su compañía permanece con nosotros.
Esta es nuestra pascua, es la santa cena, “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga” (I Corintios 11:26)
Tenemos la santa Cena donde se anuncia la victoria de nuestro Señor y se recuerda que va a haber una segunda venida. Cuando regrese restablecerá todo, ahora tenemos el pan y el vino recordando y celebrando su victoria.

Jesús es la llave que abre las puertas del paraíso perdido.


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