Un
mundo imperfecto para madurar
“Porque en parte conocemos, y en parte
profetizamos; 10. mas
cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. 11. Cuando yo era niño, hablaba
como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé
lo que era de niño. 12. Ahora
vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco
en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 13. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos
tres; pero el mayor de ellos es el amor” (I Corintios 13:9-13)
- El
mundo en que vivimos tiene muchas cosas, pero desgraciadamente es imperfecto e
incompleto.
1.- La imperfección
produce inmadurez.- V.9.- “Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos.- El apóstol nos dice que
por mucho que conozcamos, por mucho que hayamos crecido en lo de Dios, con todo
esto es parcial, no podemos entender el total de la realidad que nos envuelve.
- Vivimos en un mundo imperfecto que además está incompleto y que está
cerrado a la revelación total de Dios.
- Dios entró en este mundo de oscuridad e introdujo un rayo de luz, para
que podamos conocer más. Esa luz se manifiesta en: “Conocer
y profetizar”.- La palabra escrita que conocemos y la dimensión espiritual
de Dios. Ambas cosas son parciales no son la totalidad de lo que viene.
2.- Lo perfecto vencerá.-
V.10.- “mas cuando venga lo perfecto, entonces lo
que es en parte se acabará” Va a venir algo perfecto que va a acabar
con esta imperfección.
- Algo que transformará la imperfección en perfección y lo parcial en
totalidad. En los tiempos de Pablo aún no había venido.
- Esto perfecto va a hacer una obra completa y total para acabar todo lo
que es parcial. En aquel entonces la revelación y el conocimiento serán total,
veremos a Dios cara a cara.
3.- Mientras llega he de
madurar.
V.11.- “Cuando yo era niño, hablaba como niño,
pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era
de niño”
- En este mundo imperfecto tenemos una tarea, madurar. Estamos en un mundo
imperfecto para madurar.
- Igual que el mundo madurará hasta la perfección y el niño madura hasta la
adultez nosotros también tenemos que madurar.
- Un niño: habla, piensa y juzga como niño. El niño vive en un mundo
limitado donde piensa, juzga y habla de acuerdo a su mentalidad. Las cosas son
infantiles en la mente del niño.
- Vamos en un camino de maduración que será completado cuando lo perfecto
se manifieste.
- El ser humano está en crecimiento, en conocimiento de las cosas divinas y
humanas.
- Pasamos de la mente de niño a la de adulto. La maduración viene en todas
las áreas del ser humano, en su hablar en su pensar y en su juzgar. Los
cristianos hemos de madurar en el hablar, en el pensar y en el juzgar.
- Los niños piensan, hablan y juzgan de forma diferente a lo que lo hace un
adulto.
- Comunicación, forma de pensar y manera de juzgar definen nuestra madurez.
4.- Madurar en comunicación.- ¿Cómo habla? Cuando las personas hablan revelan su
madurez. Lo que dice
va a expresar su corazón y su nivel de maduración.
- Cuando alguien habla como niño no
se le trata como a adulto porque no va a entender.
- Si se encuentra con alguien que
no conoce y que habla en otro idioma ha de aclarar que no conoce el idioma o ha
de hablar en el idioma del otro. La comunicación con la gente es igual, es
necesario conocer en el idioma de madurez que hablan, cual es su nivel, ya que
si no entiendes esto pude que estéis hablando idiomas distintos, sin saberlo, y
no os entendáis.
5.- Madurar en pensamiento.- La forma de pensar cambia con la
edad.
- El niño tiene estructuras
mentales simples, no ha vivido experiencias que le muestren que las cosas no
son buenas o malas, positivas o negativas, blancas o negras, sino que hay
posiciones intermedias, el reino de los grises existe.
- El niño cree en una verdad
absoluta y él la tiene.
- El adulto entiende que esa
verdad, si bien existe, está repartida, y que a él le falta mucho para
conseguirla aunque esté en el lugar
correcto, por eso Pablo en el versículo 12 dice:
“Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”
Esta es la forma de pensar de un adulto.
Sabe que ve oscuramente y que conoce en parte, el niño piensa que lo sabe todo,
y que lo conoce todo.
- El adulto sabe que está en una carrera,
que puede estar en la pista, estar corriendo, pero no se le olvida que hasta
que no cruza la meta no ha llegado.
6.- Madurar en juicio.- Los niños juzgan pensando en la
justicia, pero no en las consecuencias de sus juicios.
-
El
adulto cuando juzga piensa que su juicio va a afectar a esa persona, a los que
le rodean e incluso a él mismo, ya que cuando juzgamos nos definimos.
7.- El amor preside.- “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el
mayor de ellos es el amor” (V.13)
- Ahora tenemos que madurar viviendo con fe, esperanza y amor. Estas tres
cosas son las herramientas con que contamos para madurar.
- Las tres son importantes, pero la mayor es el amor. ¿Quiere decir esto
que solo hemos de amar? No, lo que quiere decir es que el amor ha de presidir a
las otras dos. Mi fe y mi esperanza han de estar sazonadas de amor. Si mi fe es
tan perfecta que actúa sin importar el daño que puede producir entonces me
queda mucho que madurar.
8.- Con lo perfecto
llegará la maduración total.- Cuando se manifieste lo perfecto la luz iluminará este planeta y todo se
entenderá. Por eso el apóstol dice “Entonces conoceré como fui conocido”.
- Vamos hacia la perfección, pero aún estamos en el camino de la
maduración.
- En este camino tenemos la ayuda de la fe y de la esperanza, y el amor ha
de ser lo que dirige todo lo demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario