Zacarías
y Elizabet
“Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado
Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se
llamaba Elisabet. 6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban
irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. 7 Pero no
tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad
avanzada. 8 Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de
Dios según el orden de su clase, 9 conforme a la costumbre del sacerdocio,
le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del
Señor. 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del
incienso. 11 Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la
derecha del altar del incienso. 12 Y se turbó Zacarías al verle, y le
sobrecogió temor. 13 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu
oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su
nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; 15
porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del
Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de
los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante
de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de
los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para
preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. 18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En
qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. 19
Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he
sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. 20 Y ahora quedarás
mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no
creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. 21 Y el pueblo
estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el
santuario. 22 Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que
había visto visión en el santuario. El les hablaba por señas, y permaneció
mudo. 23 Y cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa. 24
Después de aquellos días concibió su mujer Elísabet, y se recluyó en casa por
cinco meses, diciendo: 25 Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que
se dignó quitar mi afrenta entre los hombres” (Lucas 1:5-25)
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Antes
de que Jesús naciera tenía que nacer el precursor, Juan el bautista.
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Dios
escoge a Zacarías y Elízabet para ser padres de este profeta y vemos algunas
características interesantes en este matrimonio.
1) Ambos eran de la clase sacerdotal.- “un sacerdote
llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón”
(V.5) Un sacerdote y la hija de un sacerdote se casan.
Es importante casarse con gente que tenga la misma visión. Una
misma visión va a ayudar a llevar bien el matrimonio.
2) Eran fieles.- “Ambos
eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles” (V.6) Ambos servían
al Señor con fidelidad.
En el matrimonio los dos han de andar bien, alti-bajos siempre va
a haber, pero si los dos van bien, el que esté mejor levantará al otro.
Mejor uno que ninguno, pero lo perfecto es que ambos anden fieles
en los caminos del Señor.
3) Fieles pero estériles.- “porque
Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada” (V.7) Las
cosas malas no ocurren porque seamos infieles, pueden pasar cosas malas a
aquellos que son fieles a Dios
Pueden ocurrirle cosas feas a personas que son fieles a Dios.
4) El azar en el servicio.- “le
tocó en suerte ofrecer el incienso” (V.9) El azar en si es una forma
justa de repartir el trabajo, no hay problema con utilizar el azar.
Otra
cosa muy distinta son los juegos de azar, jugar nuestro dinero es una forma de
quitar el pan a nuestros hijos.
Hemos
de ser buenos administradores de lo que Dios nos da, y con el juego esto no se
consigue. Es tirar el dinero que Dios nos da.
5) La multitud ora.- “Y
toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso” (V.10) El
pueblo de Dios no está ajeno a lo de Dios, los sacerdotes han de ministrar,
pero el pueblo también ha de estar peleando.
“Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha
del altar del incienso” Cuando
el pueblo de Dios ora, Dios se mueve. En este caso manda ángeles, en otros
ocurrirán otras cosas.
6) “Tu oración
ha sido oída”.- Toda una vida sin
descendencia, posiblemente la esperanza perdida, pero fiel a pesar de todo, y
Dios contesta la oración.
No ver no significa que Dios no ha oído la oración.
7) Vio al ángel pero no creyó.-
“Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y
mi mujer es de edad avanzada. 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy
Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas
buenas nuevas. 20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día
en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se
cumplirán a su tiempo”
Por eso quedó mudo.
Veo al ángel, pero mi mujer es vieja.
Separamos el poder de Dios en departamentos y esto nos hace quedar
mudos.
¿Qué hubiese hablado? “he
visto a un ángel, pero mi mujer es vieja…”
Esto causaría más perturbación que ayuda. Mejor callado. Compartir
la incredulidad no es bueno.
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