Un reino de paz
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“Recibid al débil en la fe, pero no para contender
sobre opiniones. 2. Porque
uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 3. El que come, no menosprecie al
que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha
recibido. 4. ¿Tú quién
eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero
estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. 5. Uno hace diferencia entre día
y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido
en su propia mente. 6. El
que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día,
para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a
Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. 7. Porque ninguno de nosotros
vive para sí, y ninguno muere para sí. 8. Pues
si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así
pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. 9. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a
vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven. 10. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu
hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos
compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que
ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. 12. De manera que cada uno de
nosotros dará a Dios cuenta de sí. 13. Así
que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no
poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. 14. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en
sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. 15. Pero si por causa de la
comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que
por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. 16. No sea, pues, vituperado
vuestro bien; 17. porque el
reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo. 18. Porque el que en
esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. 19. Así que, sigamos lo que
contribuye a la paz y a la mutua edificación” (Romanos 14:1-19)
Las relaciones siempre
son complicadas. Es difícil llevarse bien con todo el mundo durante todo el
tiempo.
Es normal que haya roces.
En la iglesia de Roma
también surgieron problemas de relaciones y el apóstol Pablo les indica que el
reino de Dios es un reino de paz.
Este pasaje nos indica
cómo convertir las relaciones en un reino de Paz.
1.- Recibir.- “Recibid al débil en la fe” hemos de
tener un corazón dispuesto para recibir a otros.
El orgullo establece
fronteras, el reino de Dios está abierto para todos.
2.- Evita la contención.- (V.1) “No para contender sobre
opiniones” Literalmente dice “No para juicios de razonamiento”.
No estamos para debates
intelectuales, ni para defender nuestras posiciones teológicas.
Por supuesto no está
hablando de doctrinas básicas, sino de aquellas cosas que nosotros le podemos
dar importancia, pero no son fundamentales para la vida cristiana.
Nuestra función es
establecer un reino diferente, donde la paz ha de reinar.
Desechemos el espíritu
de boxeador que va buscando a derecha e izquierda con quien pelear.
“Si buscas peleas las vas a encontrar”
Si no la buscas es muy
difícil que te veas envuelto en una.
3.- No menospreciar.- (V.3) “El que come, no menosprecie al que no come”
Nos valoramos mucho a nosotros mismos y
a nuestras opiniones y menos preciamos a los otros y las opiniones de los
demás.
Date el privilegio de considerar que tal
vez no llevas la razón en todo.
“En
la multitud de consejeros está la sabiduría” Otros pueden
ver las cosas mejor que tu.
No menosprecies ni a los niños, a veces
ellos pueden ver lo que tú no ves.
En Roma había un problema de que algunos
por motivos religiosos no comían carne, y otros que comían trababan de
condenarlos por este hecho y el asunto acabó en conflicto.
4.- ¿Tu quien eres”.-
“Nadie
tenga mayor concepto de si que el que debe tener”
La clave está en saber quién eres tú, y
entender que solo eres un pequeño engranaje en un mecanismo enorme llamado
reino de Dios.
5.-
Corazón de un siervo del rey.- “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8. Pues si vivimos, para el Señor
vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que
muramos, del Señor somos” (V.7-8)
La gente del reino de Dios vive para el
Dios del reino.
¿Para qué o quién vives tú? Si quieres
saberlo solo tienes que contar el tiempo que inviertes en servir a Dios y
cuanto das a Dios.
6.-
No nos pertenecemos.- “Pues si vivimos, para el
Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos,
o que muramos, del Señor somos” (V.8)
La gente del reino de Dios sabe que es
del Señor y que pertenece a Dios.
Hemos sido comprados por Dios con su
sangre, hemos sido liberados de las ataduras del diablo, no nos pertenecemos.
“Porque Cristo para esto murió y resucitó,
y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven”
(V.9) El propósito de la venida de Jesús es ser Señor, tomar
posesión del reino.
La corrupción de lo mejor es la peor de las corrupciones.
7.- Tengamos conciencia de quien nos ve.- “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano?
O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos
ante el tribunal de Cristo” (V.10)
Dios te ve y va a juzgarte. “De
manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (V.12)
8.- Decidir no poner tropiezo.- “decidid no poner
tropiezo u ocasión de caer al hermano” (V.13)
Tomar el compromiso delante de Dios no ser
tropiezo a nadie, es una posición que ha de tomar nuestra voluntad. Hemos de
hacer todo lo posible para que reine la paz
9.- ¿Qué es el reino de Dios?.- “porque el reino de Dios no es
comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (V.17)
Cuando dice que no es comida se refiere al
tema por el que estaban discutiendo, no son cosas por las que la gente se
pelea.
El reino de Dios es: Justicia, paz, gozo.
En otras palabras orden en el amor de Dios.
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